La reducción de costes de los nuevos procesadores y chips provocan que el coste de manufactura por fin sea más bajo que el de venta.

Desde que Sony lanzó PlayStation 3 en 2006, se estimaba que la compañía nipona perdía entre 225 dólares y hasta 305 por cada unidad vendida, una cifra que ha ido puliéndose con el tiempo, especialmente gracias al modelo Slim que ha contribuido seriamente a descender el gasto de fabricación.

En la madrugada de ayer los portales Digital Trends y Engadget indican que debido a la fabricación de los procesadores Cell de 45 nanómetros y los chips gráficos RSX de 40, el coste de manufactura ha descendido por fin por debajo del de venta.

¿En qué se traduce esto? Por fin Sony obtiene beneficios por cada consola PlayStation 3 vendida, algo que no se producía desde el momento en que ésta fue puesta a la venta.